martes, 8 de mayo de 2012

Espíritu emprendedor


El pasado viernes se inició una nueva convocatoria del Sitges Tapa a Tapa, la exitosa iniciativa de diferentes establecimientos asociados al Gremio de Hostelería de Sitges, que ofrece tapas especialmente elaboradas para la ocasión a sus clientes durante diez días. Hasta el próximo domingo, una veintena de establecimientos de Sitges participan en esta interesante campaña, que el año pasado despertó la atención de los consumidores y atrajo nuevos clientes a los bares y restaurantes adheridos.

Sitges Tapa a Tapa demuestra que la combinación de ingenio, coraje y trabajo es una buena aliada para obtener resultados. En los primeros días de la campaña de este año, el público ha podido probar las propuestas de cada establecimiento y captar que la iniciativa resulta positiva para todos los agentes implicados: los propios bares y restaurantes, porque les aporta clientes y proyección; los consumidores, porque amplían las opciones de oferta; y el conjunto de Sitges y nuestra marca turística, porque refuerza nuestra posición y genera movimiento directo e indirecto al municipio.

A pesar del díficil momento que estamos viviendo, iniciativas como esta constituyen muestras activas que Sitges tiene enormes posibilidades para proyectarse hacia el futuro. Sitges Tapa a Tapa es una ejemplo del carácter emprendedor de nuestra industria turística, que siempre ha estado en la vanguardia de iniciativas que impulsen la economía. De hecho, el Gremio de Hostelería de Sitges ya fue, en su constitución, una organización totalmente innovadora, y que más tarde ha tenido la continuidad con otros organismos o grupos de empresarios que han sumado esfuerzos para ganar todos juntos. El Ayuntamiento estará siempre apoyando estas iniciativas positivas para el pueblo y el conjunto de los sitgetanos y sitgetanas.

Montserrat Almirall. La semana pasada perdimos una sitgetana muy querida por generaciones y generaciones de sitgetanos, Montserrat Almirall, la senyu. La pérdida de Montserrat es de aquellas que siente todo el pueblo. Sus virtuosas manos y su espíritu pedagógico fueron la causa de que centenares de sitgetanos amasen la música. Pocos lugares como su casa, en la calle Francesc Gumà, fueron un altavoz tan autorizado para la música y símbolo de  muchos recuerdos para jóvenes hoy ya mayores, a los que siempre les acompañarán los compases y lecciones que aprendieron al lado de su profesora de piano.