martes, 16 de septiembre de 2014

Actuaciones contra la venta ilegal

El verano empezó con el agravamiento de uno de los problemas que padece Sitges y otras poblaciones turísticas con un gran tráfico humano: el top manta. Las calles del municipio fueron el destino de grupos organizados que montaban su venta ilegal. Esta situación provocó el lógico rechazo por parte de comerciantes y vecinos. Consciente del problema y de sus efectos negativos (para los comerciantes, aunque también para la imagen del municipio), el Ajuntament ya había empezado un plan de actuaciones meses antes, que se acabó ejecutando a principio de julio. Simultáneamente con la Policía Local y los Mossos d’Esquadra se realizaron diversos operativos, que permitieron efectuar varias detenciones y decomisar una importante mercancía de material fraudulento que se vende ilegalmente.

Estas acciones han sido constantes durante todo el verano consiguiendo, por un lado, reducir notablemente la presencia de vendedores ilegales y, por otro, lanzar un inequívoco aviso a los clanes mafiosos que en Sitges habrá tolerancia cero con la venta ilegal. A pesar de esto, hemos de ser conscientes de que las actuaciones policiales no conseguirán erradicar este problema de nuestras calles. Con esto no hay suficiente. De la misma manera que ni la Policía Local ni las unidades comarcales de los Mossos d’Esquadra pueden prestar dedicación exclusiva a este problema y desatender otras responsabilidades en torno a la seguridad.

Desgraciadamente, el top manta es un fenómeno global y además complejo y, como tal, requiere soluciones globales y complejas. Este tipo de práctica es habitual en algunos países de la Unión Europea desde finales de los años noventa y se concentra, sobre todo, en grandes ciudades y en poblaciones costeras y turísticas como Sitges. Las precarias condiciones de vida de los países de procedencia y la falta de oportunidades laborales en los países donde se instalan ha hecho que muchos vendedores ambulantes vean en el top manta una salida de emergencia para sobrevivir a una realidad más dura de la que ellos esperaban.

Las instituciones no podemos tolerar que la dramática situación de unas personas sea la excusa para perpetuar una venta ambulante que, además de no mejorar la calidad de vida de los que la practican, infringe la ley, genera una mala imagen en la población que la sufre y discrimina económicamente a los comerciantes que pagan sus impuestos. Solo en Catalunya, la Confederació de Comerç ha cifrado el impacto negativo del top manta en más de 100 millones de euros anuales.

Un agravio comparativo que reclama una respuesta más eficaz y definitiva que la que ofrece, en estos momentos, el marco legal español. Unas leyes estatales que envían a los vendedores ambulantes detenidos unas horas a comisaria para dejarlos libres de cargos al día siguiente.

Ante esta situación, el compromiso del Ajuntament de Sitges sigue siendo igual de firme: colaborar con las administraciones y los cuerpos de seguridad para erradicar la venta ambulante, proteger al comercio de proximidad y garantizar que las personas que se ven abocadas a utilizar esta práctica puedan optar por otras vías hacia un futuro mejor.