lunes, 6 de febrero de 2012

Capital cultural

Hace diez días, participé en la reunión del Consell de Cultura, que se celebró en la Casa de la Vila. Tuve la oportunidad, acompañado de la concejal Mireia Rossell, de conocer y compartir las sensibilidades de los integrantes de este órgano, que tiene un carácter consultivo y de asesoramiento. Durante la reunión, informamos de la severa política de ajustes presupuestarios en el área de Cultura, como consecuencia inevitable del grave déficit que afecta a las cuentas municipales.

El encuentro, pese a que las decisiones de reducción presupuestaria no son nunca agradables ni generan alegrías, resultó positivo, tanto por su contenido como por su espíritu. Para el gobierno de La Nova Majoria, la cultura es una actuación estratégica, que contribuye a proyectar a Sitges y reforzar su capacidad económica, pero sobre todo es un signo de distinción y un elemento que forma parte de nuestra esencia como comunidad. Por este motivo, la política cultural requiere una atención prioritaria por parte del Ayuntamiento.

Este interés acentuado por la acción cultural lo hemos puesto de manifiesto en un asunto crucial para el municipio como es la reforma de los museos, donde conjuntamente con la Diputación de Barcelona hemos apostado por reconducir el proyecto y hacerlo compatible con la línea de protección del patrimonio arquitectónico que ha de distinguir a Sitges. De hecho, la protección y conservación del patrimonio es uno de los ejes del gobierno de La Nova Majoria. La riqueza arquitectónica y natural de nuestro municipio constituye uno de los valores más destacados que tenemos y, por este motivo, necesita medidas que la protejan.

La reunión del Consell de Cultura también escenificó el nuevo entorno que marcará las relaciones entre las entidades culturales y la Administración. Hemos superado la etapa de la política de la subvención a fondo perdido y, en cambio, hemos entrado en un periodo donde el trabajo entre los sectores público y privado en la esfera cultural ha de estar caracterizado por las complicidades, la mutua colaboración y el aprovechamiento de recursos y dinámicas de cada uno de los ámbitos.
En esta línea, desde el Ayuntamiento tenemos el reto de articular respuestas a las necesidades de los creadores, los programadores y las entidades que promueven la cultura. Estas necesidades no siempre han de ser por la vía de la financiación, sino que se pueden escenificar a través de otras ayudas, como la logística, la promoción o los espacios, que tambien son imprescindibles para la ejecución de las diferentes iniciativas.

Abrimos una nueva etapa, y nos reafirmamos en nuestra voluntad y nuestro objetivo de hacer de Sitges una capital cultural, que preste un apoyo especial y destacado a la cultura local y que también se muestre sensible y atento con los creadores que escogen nuestra localidad como entorno.