Este lunes de Carnaval ya podemos realizar un primer balance de la Rua de la Disbauxa (Desmadre) de ayer, marcada por el cambio de horario, que tiene como objetivo facilitar una mejor participación y garantizar las medidas de seguridad más óptimas, tanto para los integrantes de las ruas como para el público y el conjunto de los vecinos. Conciliar los intereses de tantos agentes implicados (entidades, collas, sitgetanos que se disfrazan, seguridad, desarrollo económico…) no es nada fácil y nunca satisfacerá a todos, pero creo que el cambio será evaluado positivo y necesario cuando la perspectiva del tiempo establezca la distancia aconsejable.
Los primeros balances sobre el nuevo horario estrenado ayer son positivos, ya que se ha conseguido que la rua finalizase a una hora prudente, con todo lo que implica de favorable: más público, mejor horario para los que al día siguiente han de trabajar, más movimiento en las entidades y en los bares después de la rua, y un entorno global más óptimo para el correcto desarrollo de la fiesta. A pesar de todo, la rua de ayer volvió a evidenciar uno de sus eternos problemas: demasiados cortes, que perjudican su lucimiento y desarrollo. Este es uno de los retos que hay que mejorar en el futuro.
Los informes nos indican que el dispositivo de seguridad se desarrolló con absoluta normalidad, sin incidentes de relieve. También el Servicio de Emergencias Médicas (SEM) registró un nivel inferior al de otros años. La labor de los profesionales y las nuevas medidas de seguridad han resultado decisivas en este balance inicialmente favorable.
Como también es absolutamente esencial la labor que están realizando las entidades y las collas. Son de agradecer sus esfuerzos y hay que subrayarlo explicitamente, para que todo salga de la mejor manera posible. También en el caso de las collas, que han aportado imaginación e ingenio, así como al conjunto de integrantes de las ruas: a pesar de la crisis y de las dificultades económicas, nuestro Carnaval conserva su alto nivel, que lo distingue como uno de los que tiene mayor proyección y participación.
EL COLEGIO AGNÈS, ADELANTE. La aprobación, la semana pasada, de los presupuestos de la Generalitat para el 2012 ha supuesto una esperada y necesaria alegría para Sitges: la inclusión de una partida específica para empezar la construcción del colegio Agnès de Sitges. La noticia no es nueva, ya que el Departament d’Ensenyament nos lo comunicó alrededor de Navidad y así lo anunciamos, pero consolida la voluntad política de la consellera Irene Rigau a partir de la petición realizada por el Ayuntamiento de Sitges, avalada por las alentadoras demandas llevadas a cabo por los padres y madres de los alumnos del centro, que hace muchos años está ocupando unos módulos.
Los 600.000 euros previstos en los presupuestos del gobierno de la Generalitat este 2012 permiten iniciar los trabajos de construcción y así desenredar un largo proceso que se remite al 2007. El actual ejercicio no es proclive a grandes inversiones, dadas las restricciones presupuestarias para superar la situación de déficit. Por este motivo, quiero subrayar mi agradecimiento al Departament d’Ensenyament, ya que el dinero destinado al colegio Agnès de Sitges es de las pocas partidas destinadas a inversión en centros educativos en este 2012. Nos felicitamos, pues por esta esperada noticia para tantas familias sitgetanas y para el conjunto del municipio.
