lunes, 10 de octubre de 2011

Un sitgetano nacido en Vilafranca


Ayer nos despertamos con la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido Jànio Martí. Es una de esas noticias que en cuestión de pocas horas llegan a casi todos los rincones de la villa y que ponen de manifiesto que, afortunadamente, Sitges es todavía un pueblo.

Jànio era una persona admirada, cercana y querida. Su trayectoria artística logró loables reconocimientos cuando, con su orquesta, se convirtió en cartel habitual de las fiestas mayores y entoldados de todo el país. Y es que con sus habilidades y aptitudes interpretativas Jànio contribuyó a hacer felices a muchos catalanes.

Su desaparición es de esas que dejan huella. Su bondad, su humor y su optimismo son de los que generan complicidades. Jànio era, esencialmente, una buena persona con quién siempre apetecía comentar la jugada o hacerla estallar en el Cap de la Vila o en El Retiro, de donde era un entusiasta colaborador.

Mi relación con él y su familia era consecuencia de diversas afinidades y proximidades, entre ellas nuestros vínculos comunes entre Sitges y Vilafranca, el hospital en que nací el mismo día que su hijo Pinyu, hará pronto cuarenta años. Nuestra participación conjunta en el grupo Gent de Teatre nos permitió, hace unos años, intensificar el contacto y vivir, de nuevo, momentos agradables teñidos intensamente de sitgetanismo.

Gracias maestro por todo lo que nos has enseñado y nos ha hecho compartir.