Este año, celebramos la Navidad en un contexto de enormes dificultades, con cada vez más gente que sufre y con las expectativas a corto plazo hipotecadas. Pero también celebramos la Navidad con la fortaleza intacta en nuestras convicciones y con la ilusión de ser conscientes que el horizonte nos ofrece nuevas oportunidades que debemos saber aprovechar.
El viernes pasado por la noche, aprobamos el Presupuesto del Ayuntamiento para el 2013, que recoge nuestra voluntat y nuestro programa para activar actuaciones de apoyo a las personas. El Carnet Blau y el Comedor social que abriremos en las próximas semanas serán los primeros resultados de esta agenda. El Presupuesto también impulsa la actividad económica, pone énfasis en la colaboración público-privada y continúa reduciendo el déficit heredado, que nos ocasiona tantos problemas en la gestión actual.
Soy plenamente consciente que el 2013 será un ejercicio difícil. Los datos y las previsiones no se cansan de repetirnoslo. Pero también tengo fe completa en el futuro porque estamos sentando las bases para dibujar un Sitges próspero, competitivo y cohesionado.
Permitidme que reproduzca uno de los inicios de un villancico tradicional catalán: “Del cel baixen els àngels”, porque expresa la ilusión que distingue a estos días:
“–Vint-i-cinc de desembre,
nit de Nadal
n’és la nit més hermosa
que hi ha en tot l’any,
perquè a Betlem ha nat d’una donzella
el Fill de Déu. (…)”
La fotografía que acompaña este post rememora la nevada de 1962, hace 50 años.
