lunes, 12 de marzo de 2012

Entre el Rallye y el Patchwork



Ayer tuve la suerte, como alcalde, de vivir en directo y durante todo su recorrido el Rallye de Coches Antiguos Barcelona-Sitges, para nosotros “el Ral·li”, como lo conocemos desde siempre. Hice todo el recorrido en un maravilloso vehículo antiguo habitual en el Rallye, con el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y juntos pudimos compartir la magia de un acontecimiento que despierta complicidades y genera ilusiones, tanto en los participantes como entre las miles de personas que salen a la calle a verlo y vivirlo.

Sitges le debe mucho al Rallye, igual que al Corpus o, en otro nivel, a la Vendimia, gracias a la iniciativa original de la entidad de la sociedad civil Foment del Turisme de Sitges. Son tres fiestas que forman parte de la base de nuestro calendario festivo y que han contribuido decididamente a dibujar nuestra imagen como una de las poblaciones turísticas y culturales de referencia en nuestro país. El Rallye nunca deja de sorprendernos en positivo. A pesar de que muchos lo hemos visto toda la vida (este año hemos celebrado la quincuagésima cuarta edición) y su perfil nos parece cada año el mismo: la hilera de coches que enfilan las costas, se paran en el Puerto, recorren las calles del centro y llegan a la Fragata es un espectáculo en su más amplio sentido. El Rallye es cada año el mismo, si bien hay que reconocer y subrayar el notable y loable esfuerzo que hacen los organizadores y patrocinadores para incorporar nuevos participantes, que refuercen y mejoren el panorama de participantes. Pero el hecho de que esencialmente el Rallye mantenga el perfil convocatoria tras convocatoria es lo que le hace grande y lo sitúa como una manifestación social de primer orden.

Con el paso de los años, el Rallye conserva su espíritu de convocatoria y su encanto y capacidad de atracción. Ayer mismo tuvimos la oportunidad de volver a captar la fortaleza de esta iniciativa. Una multitud de visitantes aprovecharon la celebración de una nueva edición de este museo sobre ruedas para venir a Sitges y que nuestro pueblo volviera a ser protagonista, una vez más, en los medios de comunicación.

El Rallye, el Corpus y la Vendimia son piezas básicas de nuestro panorama festivo tradicional, sobre todo el que está pensado, fundamentalmente, para atraer la atención e interés de los visitantes y, por tanto, contribuir a dinamizar la economía local. En otro orden situaríamos la Festa Major o Santa Tecla (que expresan nuestra identidad colectiva) o el Carnaval (que es la fiesta que reúne el mayor número de participantes y visitantes al mismo tiempo). Y en este itinerario de fiestas y acontecimientos totalmente arraigados en nuestro calendario (al que deberíamos añadir el Festival, la Media Maratón o la Semana Santa, entre otros), ahora irrumpen nuevos con renovada fuerza y planteamientos cada vez más ambiciosos. El Festival de Patchwork es probablemente la mejor muestra.

Esta semana, el Festival Internacional de Patchwork vuelve a Sitges, con más de 80 stands, exposiciones, cursos y una larga lista de iniciativas, que sitúan este encuentro como el más destacado del Estado. En los últimos años, hoteleros, comerciantes y el conjunto de los sitgetanos nos hemos dado cuenta de la importancia que ha adquirido este Festival para la economía, la imagen y la proyección turística de Sitges. Por este motivo, desde el Ayuntamiento hemos apostado para que esta nueva edición consiga un crecimiento todavía más grande. Iniciativas como esta constituyen una de las líneas de trabajo que hay que reforzar y potenciar para contribuir a la dinamización económica.