miércoles, 10 de diciembre de 2014

De 30 meses a 30 días

Esta semana los ciudadanos de Sitges podrán elegir cinco propuestas entre las 72 que han pasado el corte final del presupuesto participativo. Por primera vez, el Ajuntament de Sitges destina una importante partida de su capítulo de inversiones (un total de1 millón de euros) a actuaciones escogidas directamente por los ciudadanos, en un claro ejemplo de avanzar en los procesos de democratización y participación de las instituciones. En cuanto ha sido posible, por razones legales, (si no se ha hecho antes es porque la ley no lo permitía), hemos puesto en marcha esta iniciativa, que contribuirá a canalizar formas nuevas de participación y de vinculación de los ciudadanos con la administración municipal.

Aunque hoy, quisiera ir más atrás y, con vuestro permiso, hablaros de las causas que han permitido que el Ajuntament pueda invertir este millón de euros en actuaciones decididas directamente por los ciudadanos. Son las mismas causas por las que esta semana hemos podido anunciar la rebaja del IBI de 2015 del 0,93 actual al 0,83, una sustancial rebaja y superior a la que legítimamente reclamaban los grupos de la oposición.

Y estas causas no son otras que el radical giro de las finanzas municipales. Cuando accedimos al Govern Municipal, el mes de junio de 2011, el Ajuntament se encontraba cerca de la suspensión de pagos. La deuda había llegado a los 67 millones de euros, que en una corporación municipal de las dimensiones de Sitges era de una gravedad muy preocupante, y peligraba el propio funcionamiento de la institución.

Pero, tres años después, el panorama ha cambiado básicamente. Las cuentas del consistorio funcionan con la dificultad que acompaña el contexto actual, aunque, con la solidez que le han permitido las medidas de reactivación y mejora llevadas a cabo por el Govern.

El verano de 2011 el Ajuntament pagaba a sus proveedores a 30 meses. Ahora lo hace a 30 días desde la fecha de aprobación de la factura. En verano de 2011, el departamento de Compres del Ajuntament tenía serios problemas para encontrar industriales que quisieran servir al mismo. La incertidumbre que acompañaba a las cuentas y la pésima gestión que lo había llevado hasta una situación crítica nos situaba en una posición extremadamente complicada. Ahora, el Ayuntamiento funciona con los criterios que establece una organización que cuida de su gasto público.

A base de restringir el gasto, reducir personal y cargos de confianza, mejorar los procesos de gestión y renegociar con las entidades bancarias, las cuentas municipales han recuperado sus coordenadas y, lo más importante, permiten impulsar nuevas políticas sociales, de inversión pública y de reducción de la presión fiscal.


Esto es lo que nos ha permitido facilitar, entre otras cosas, la iniciativa como el Plan de ayuda a la actividad económica y trabajo (con ayudas a pequeños emprendedores que quieran crear su negocio en Sitges), impulsar un Festival de la Publicitat (que permitirá potenciar de nuevo la marca Sitges y así poder generar actividad económica), proporcionar a las familias más necesitadas y desprotegidas el Carnet Blau (con el que obtienen descuentos importantes y reducciones en servicios y tarifas públicas) o programar actuaciones de mejora (como la reforma de la biblioteca o la próxima restauración del passeig Marítim). Y ahora, complementarlo con el destino de 1 millón de euros al presupuesto participativo, que los sitgetanos podrán decidir con su voto esta semana.