viernes, 5 de abril de 2013

Museus de Sitges: respeto por el patrimonio, proyección hacia el futuro


Las obras del Cau Ferrat entran en la recta final. Los trabajos de reforma estructural del edificio ya están prácticamente acabados y los técnicos y operarios están trabajando actualmente en la restauración interior: vidrieras, baldosas, suelos, cerámicas, pintura de las paredes, etc. Aspectos, todos ellos, de vital importancia, para conseguir que el Cau Ferrat recupere su espíritu de 1933 –cuando fue inaugurado– y vuelva a ser el templo del Modernismo que ideó Santiago Rusiñol.

Para el Govern de Sitges conservar y proteger la estructura arquitectónica y patrimonial es y ha sido una prioridad. Por este motivo, una de las primeras decisiones que tomamos, cuando asumimos nuestra responsabilidad de gobernar, fue parar el proyecto realizado por el anterior gobierno, que suponia una agresión para el edificio, tanto en su interior como el exterior. La horrible pasarela que modificaba la fachada marítima, la construcción de una tarima de excesivas dimensiones para esconder los conductos de climatización, la falta de una solución adecuada para la conservación de las vidrieras… el proyecto tenía demasiadas carencias y, lo más grave es que rompía la armonía estética en uno de los lugares más emblemáticos de Sitges.

No tuvimos ninguna duda en detener este proyecto erróneo y reconducirlo hacia soluciones más estéticas y coherentes con el pasado y la conservación patrimonial. La opinión mayoritaria de los sitgetanos y sitgetanas también estaba orientada en esta misma línea: más respeto por el patrimonio y menos construcción agresiva. Es un clamor que hacemos nuestro y que nos hemos propuesto aplicar, no solo a los museos, sino también al conjunto del pueblo.

El Cau Ferrat abrirá este año 2013, si todo sigue según los planes previstos. Y el Maricel de Mar lo hará el año que viene. En pocos meses, una vez acaben las obras de restauración interior, los profesionales de los Museus iniciarán otra labor de gran importancia: la colocación de las obras y la implantación de un nuevo discurso museístico, que integre todas las artes (arquitectura, literatura y música) en el Cau. Una visita al Cau Ferrat será una aproximación artística pero también estética e intelectual, hacia el Modernismo, el movimiento que abrió la transformación cultural de la Catalunya de finales del siglo XIX y que situó a Sitges en el mapa cultural.

Esto será posible gracias la proyecto museístico liderado por la directora del Consorci del Patrimoni de Sitges, Vinyet Panyella, que aporta una nueva dimensión y proyección a los museos de Sitges (un sólido programa de actividades permanente, una dimensión institucional reforzada, un discurso museístico profesional) en consonancia con el papel y perfil que se merecen.

El Cau Ferrat que veremos este año mantendrá los criterios de respeto patrimonial que merece un edificio tan singular. El Museo Maricel –en el mismo proyecto de reforma, igual que Can Rocamora– también disfrutará del mismo acierto en la política de reforma. Y Sitges tendrá unos museos totalmente restaurados, que lucirán su legado arquitectónico y exhibirán sus colecciones artísticas bajo la solidez de unas instalaciones y un discurso del siglo XXI.