La
semana pasada anunciamos una campaña que sancionará también a los compradores
de los Top Manta en nuestro municipio. Se trata de un nuevo paso adelante en la
lucha contra la venta ilegal que está haciendo el gobierno municipal en los últimos
meses, desde que en el mes de marzo activamos la campaña de presión policial.
La
proliferación de vendedores conocidos como Top Manta es un problema para muchos
municipios turísticos de nuestro país. Desde la misma ciudad de Barcelona hasta
otras destinaciones menores, la presencia constante de estos vendedores –perfectamente
organizados para saltarse la presión policial– ha ido incrementando en los últimos años. De hecho, no se trata de un fenómeno
estrictamente catalán o español, sino común en muchas otras destinaciones turísticas
europeas.
El
actual contexto de crisis acentuada ha favorecido su propagación y la han
convertido en un problema capital en las calles de pueblos y ciudades,
consecuencia –al mismo tiempo– de la entrada masiva en el Estado de inmigrantes
durante la primera década de este siglo. En Sitges, los Top manta son un
problema por partida doble: de un lado, porque suponen una competencia desleal
para los comercios que pagan sus impuestos y mantienen abiertos sus negocios
los doce meses del año; y del otro, porque su presencia hiere la imagen de
turismo de calidad que distingue y persigue nuestra población.
La
concentración de los Top Manta en una misma área (formada por el tramo inferior
de la calle Parellades, Marquès de Mont-roig y Primer de Maig) provoca el lógico
enojo de los comerciantes de esta zona. Y tienen razón. Así se lo hemos hecho
saber en las reuniones que hemos tenido para abordar esta situación.
El
Ajuntament es consciente de la situación y, por este motivo, aplica desde
Setmana Santa mesuras de presión policial, que se han intensificado este
verano. Los agentes de la Policia Local, así como los de los Mossos d’Esquadra
o el apoyo del Cuerpo Nacional de Policía, han intensificado la persecución de
estos vendedores. Gracias a estas acciones, hemos conseguido reducir y
minorizar su presencia.
Pero
sabemos que esto es insuficiente y, en consecuencia, hemos querido hacer otros
paso adelante. Por este motivo, comenzaremos a aplicar sanciones para los
compradores de estos productos ilegales. Los ciudadanos tienen que ser
conscientes que, comprando a estos vendedores, son partícipes del problema.
La suma de la persecución contra los vendedores, el refuerzo policial
durante lo que resta de campaña de verano y las nuevas sanciones a compradores
contribuirán a minorizar y, con el tiempo, eliminar este problema. No será fácil.
Como decía antes, no es un problema estrictamente local –y se tiene que ser
consciente del entorno social y económico que lo impulsa–, pero trabajaremos de
manera firme.