miércoles, 11 de abril de 2012

Los tesoros del Cau Ferrat



Durante estos días de Semana Santa –en que los hoteles, pese a que el tiempo no ha acompañado, han registrado una ocupación media del 75%–, Sitges ha incorporado una nueva oferta cultural de alto valor patrimonial y un destacado peso estratégico: la exposición ‘L’art modern. Obres mestres del Cau Ferrat’, que se puede ver en el Edificio Miramar hasta el 25 de noviembre y que reúne 151 pinturas y otras piezas de la colección de nuestro museo más emblemático. En Semana Santa, los turistas han podido visitar la muestra, como también lo han hecho muchos sitgetanos, ansiosos por volver a ver las pinturas de Santiago Rusiñol, de Picasso, de El Greco, de Ramon Casas o de Mas i Fontdevila, así como el retablo gótico, la arqueta del siglo XV o el resto de piezas coleccionadas por Rusiñol como el “señor del Cau Ferrat”.

La exposición es una iniciativa extraordinaria, ya que la necesaria reforma de los museos –finalmente reconducida a buen puerto, gracias al entendimiento de los nuevos gobiernos de la Diputació de Barcelona y el Ayuntamiento de Sitges– no podía dejar en unos almacenes los tesoros del fondo del Cau Ferrat hasta que finalizasen las obras. Por este motivo, hay que aplaudir la iniciativa de la directora del Consorci de Patrimoni de Sitges, Vinyet Panyella, para mostrar nuestro patrimonio mientras las obras de los museos continúan con su ritmo y también felicitar al comisario Ignasi Domenèch por el trabajo realizado. 

La muestra del Miramar, además del componente estratégico de presentar las obras maestras del Cau Ferrat, tiene la virtud de mostrarlas fuera de su contexto, en un espacio diseñado cuidadosamente para la ocasión, donde los visitantes pueden disfrutar de la potencia de cada obra por sí misma. En el Cau Ferrat, las obras forman parte de un conjunto y un entorno muy significado y singular, donde, a veces, adquiere más peso el espacio que la pieza en sí. En cambio, la muestra del Miramar permite contemplar cada óleo o pieza con la minuciosidad que merece. 

En el transcurso de la inauguración, el pasado día 30, manifesté que se trataba de una ocasión excelente para que los sitgetanos mostrasen el orgullo de nuestro patrimonio. Después de ver la exposición con detalle, tenemos la ocasión y el convencimiento de reafirmarnos en el valor de unas piezas que han definido en buena parte el itinerario artístico de Sitges y que a principio del año que viene volverán a lucir en un Cau Ferrat que mantendrá su espíritu originario de finales del siglo XIX pero adaptado a las necesidades del siglo XXI.