lunes, 19 de septiembre de 2011

Una temporada para la esperanza


La temporada turística de verano está llegando al final. Y lo hace, en el caso de Sitges, con unas cifras ligeramente mejores que las del año anterior, aunque con la incertidumbre que provoca la difícil situación económica actual, que en nuestro país está afectando más que en otros mercados por no haber tomado a tiempo las decisiones oportunas.

La ocupación hotelera registrada en Sitges este verano mejora sensiblemente la del 2010. Los datos indican que en el mes de junio los hoteles y campings tuvieron una ocupación del 75%, cinco puntos más que el año anterior; en julio fue del 83% (frente al 80%) y en agosto se mantuvo en la línea del 90%. Son datos satisfactorios, que ponen de manifiesto la vitalidad, la potencia y el posicionamiento de nuestro municipio como uno de los abanderados del turismo en Catalunya y que permiten vislumbrar un futuro con esperanza. Algunas situaciones de tipo coyuntural han acompañado los resultados de este verano, como las dudas que en la actualidad registran algunos mercados consolidados como los del norte de África, que han repercutido favorablemente en los resultados de la ribera norte del Mediterráneo. Pero, también es cierto que otros elementos que escapan a nuestro control (como la progresiva equiparación entre el euro y la libra esterlina, que aleja a los turistas británicos, o el mal tiempo registrado en el mes de julio) han influido negativamente en los resultados finales.

Con la llegada del otoño, y por tanto, la campaña de invierno, que llega cuando finaliza el Festival, se abre un periodo en que el sector turístico tendrá que invertir la máxima energía posible en mantener su capacidad. Los momentos son complicados y en el horizonte todavía no se aprecia la luz de un cambio de ciclo. Por este motivo, nos encontramos en una etapa que requiere la total complicidad entre sectores, la sabia imaginación para aprovechar cualquier oportunidad y la fuerza colectiva para mantenernos firmes.

El Gobierno que presido no escatimará esfuerzos en ayudar al comercio, a la industria hotelera y a los bares y restaurantes de nuestro pueblo. Dada la situación de gran dificultad que atraviesan las finanzas municipales, esta ayuda difícilmente se articulará, al menos, a corto plazo, por la vía económica; pero en cambio se puede materializar con otras políticas que pueden ser igual o más beneficiosas para el sector. Acciones que se han realizado en las últimas semanas como la campaña contra la venta ambulante –que penaliza ferozmente a nuestros comerciantes–, o la mejora de los servicios de playas, tienen una repercusión positiva en el tejido económico de la villa.

Sitges puede esgrimir su historia como localidad turística de primer nivel para encarar el futuro. Esto es muy importante, porque nos otorga la denominación de origen. Pero, actualmente, no es suficiente, ya que el turismo y el sector servicios son percibidos como una vía de desarrollo económico en muchos municipios. Por este motivo, hacen falta actuaciones imaginativas, una apuesta por la calidad y la unión de esfuerzos como la mejor garantía de inversión en el futuro.

Aprovecho esta segunda entrada en mi blog para anunciar que, semanalmente, el texto se traducirá al castellano y al inglés con el objetivo de contribuir a difundir nuestro mensaje, más allá de nuestro país y reforzar, en este sentido, la proyección de Sitges.

Por último, quiero hacer contar mi profundo agradecimiento a todos aquellos que a lo largo de estos primeros cincuenta años de vida han hecho posible la fiesta de la Vendimia que este fin de semana ha vuelto a traer su magia por las calles del pueblo.

Feliz Santa Tecla a todo el mundo, muy especialmente a los más pequeños!