jueves, 17 de noviembre de 2016

Inauguración de la exposición de Ramon Casas

Ahora hace casi dos años nos reunimos en este mismo Racó de la Calma para inaugurar la reapertura del Cau Ferrat y el Museu de Maricel, después de un intenso y cuidadoso proceso de reforma. Ya en aquel momento, justo a las puertas de la Navidad, nos hicimos venir bien el verso de J.V. Foix, M'exalta el nou, m'enamora el vell para definir lo que nos ofrecían unos museos que conseguían recuperar la esencia de su patrimonio proyectándolo y adaptándolo a las necesidades actuales y de futuro.
Hoy –en la inauguración de esta maravillosa exposición sobre Ramon Casas, su mundo y su época– reafirmamos el compromiso de nuestros museos para ser un excelente escaparate del patrimonio que acogen sus colecciones. Pero al mismo tiempo, por ser un activo dinamizador del pulso cultural del Sitges de hoy.

I esta exposición que inauguramos hoy lo confirma claramente. Ramon Casas, la modernidad anhelada es la exposición central del Año Ramon Casas, un rico y sugerente paseo por la obra del genial artista del Modernismo, que dialoga con otros creadores que le influyeron o a los cuales él influyó. Una exposición de primer nivel, que ha permitido traer a Sitges pinturas de algunas de las más reconocidas pinacotecas europeas.

Que el principal acontecimiento del Año Ramon Casas se celebre en Sitges no es ninguna casualidad.
  • En primer lugar, porque nuestros museos acumulan una completa colección de su obra: en el Cau Ferrat y el Museo de Maricel hay 100 piezas de Ramon Casas, entre óleos, dibujos y carteles. Sin ninguna duda, se trata de una significativa colección que ofrece una completa dimensión del arte del cambio de siglo en nuestro país.
  • En segundo punto, porque Ramon Casas jugó un papel determinante en la historia cultural de Sitges, al lado de Santiago Rusiñol y Charles Deering. El mismo Casas fue el propietario de Can Rocamora, el edificio hoy integrado en el complejo del Cau Ferrat y Museu de Maricel e hizo continuas estancias en nuestro pueblo, con más o menos regularidad.
  • Pero, además de las razones de coherencia histórica, que la exposición central del Año Ramon Casas se haga en Sitges es posible porque nuestro municipio dispone hoy de unos museos que muestran el pasado artístico tal y como fue, pero que lo hacen en las más exigentes condiciones de rigor, calidad y posicionamiento.
La organización de una exposición de esta envergadura no hubiera sido posible sin la visión estratégica y la capacidad de trabajo del Consorci del Patrimoni de Sitges. Y tampoco no hubiera sido posible sin unas instalaciones perfectamente equipadas en razones de conservación, seguridad y accesibilidad como son hoy en día el Cau Ferrat y el Museu de Maricel.

En estos cerca de dos años desde su reapertura, el Cau Ferrat y el Museu de Maricel han cumplido con creces su principal misión como museos de arte que acogen colecciones de notable valor patrimonial. Pero, al mismo tiempo, también se han convertido en un canal de dinamización cultural de Sitges de extraordinario valor cuantitativo... pero especialmente cualitativo.

En un municipio como el nuestro, que vive del turismo, los datos importan. Y por este motivo, que en estos 22 meses y medio, el Cau Ferrat y el Museu de Maricel hayan recibido 68.000 visitantes y 1.500 grupos es un motivo de satisfacción, que ilustra su papel relevante, así como la capacidad de atracción.


Pero al mismo tiempo, en una localidad como la nuestra –que efectivamente vive del turismo pero que presume de su condición de capitalidad de las artes– los datos no lo son todo. La organización de esta exposición nos permite situar Sitges en el primer plano del panorama cultural nacional. Lo hacemos con satisfacción, ilusión, pero también con la convicción que la cultura es el mejor de los rostros que puede dibujar Sitges. Lo hicimos hace más de cien años, en la época de Casas y Rusiñol. I lo hacemos ahora, con la herencia que nos dejaron, al servicio del pueblo y de las artes.