jueves, 8 de octubre de 2015

El Festival abre nuevas puertas para crecer en dimensión y posicionamiento

El viernes inauguramos la 48ª edición del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya. El Festival llega este año con el habitual interés que despiertan sus interesantes propuestas cinematográficas -esperadas y anheladas por un público fiel y entusiasta-, y al mismo tiempo con un completo programa de actividades paralelas repartidas por varios puntos del municipio y una apuesta para que el certamen se convierta en un foco de atracción de la industria audiovisual.

El Festival, no nos cansaremos de decirlo, es una extraordinaria carta de presentación y promoción de Sitges. Probablemente, la más importante, al menos desde el punto de vista cuantitativo resulta totalmente inigualable. Los datos así lo confirman: el impacto económico directo que el Festival tiene sobre Sitges supera los 2,5 millones de euros y el mediático llega a los 60 millones, según los cálculos elaborados el año pasado por una consultoría sobre las casi 14.000 noticias que generó el Festival, muchas de las cuales en los medios más importantes de Catalunya y el Estado.

Lo hemos visto en los últimos días a través de suplementos monográficos en los medios más importantes, que han permitido imprimir de nuevo el nombre de Sitges y vincularlo a una de las principales manifestaciones culturales que tiene el país. Pero este año el Festival da un nuevo paso adelante en desarrollar una vertiente paralela, que permitirá hacerlo crecer como evento, pero al mismo tiempo enriquecerlo profesionalmente. Se trata de las acciones impulsadas para atraer el mundo de la industria catalana. El Festival ha convocado encuentros y pitchs de presentaciones de proyectos, que constituyen un primer paso para que Sitges, además de tener el primer festival de cine fantástico del mundo y la primera manifestación audiovisual de Catalunya, se dote también de un espacio que favorezca el mercado sectorial y las oportunidades para los nuevos talentos.

Este 2015, el Festival ha abierto otras dos puertas importantes. Por un lado, la ampliación de pantallas, con la creación de un nueva sala de cine en el mismo Hotel Meliá, y al mismo tiempo, con la adaptación de diferentes espacios en otros hoteles y edificios del centro de la ciudad (como el mismo Palau de Maricel), con el objetivo de ampliar la influencia territorial y repartir el movimiento. Y, por otra parte y paralelamente, ha establecido el Circuit Fantàstic: una pasarela comercial repartida por calles, plazas y barrios de Sitges, que permite respirar el Fantàstic por los cuatro costados y con gran intensidad. Con esta iniciativa a la que se han sumado 180 establecimientos- todos ganamos: el Festival, los comerciantes y hoteleros. Es decir, Sitges.