El
top manta es uno de los problemas más graves que tenemos en Sitges. La
proliferación de esta práctica genera conflictos de imagen y de competencia
desleal a los comerciantes. No solo es un problema de Sitges. Todas las poblaciones
donde existe movimiento económico y tránsito de gente tienen este inconveniente
en términos similares y proporcionales. Y en ningún caso se ha encontrado una
solución definitiva que lo haya erradicado completamente de sus calles.
Aunque
esto no puede ser una excusa. En el Ayuntamiento somos conscientes de que con
este problema se necesita una actuación específica. El top manta es un fenómeno
complejo, que no se puede abordar desde una sola visión ni actuación, sino que
necesita la confluencia de diversos elementos: la prevención, la persecución y,
también –hay que decirlo– concienciar a todos los posibles compradores.. Y,
para poder solucionarlo, es imprescindible la colaboración de todo el mundo
implicado directa o indirectamente: comerciantes, diferentes cuerpos de
seguridad, Ayuntamiento…
La
semana pasada, tuve una entrevista con el nuevo director general de la Policia
de Catalunya. Le expuse el alcance del problema y su compleja realidad y, al
mismo tiempo, le pedí recursos complementarios para poder abordar esta
situación. Por razones de prevención, no podemos asignar a todos los agentes de
la Policía Local que están por las calles a actuar contra la venta ambulante y
por este motivo necesitamos la colaboración complementaria de los Mossos d’Esquadra.
Recientemente,
hemos ampliado los refuerzos policiales para luchar contra la venta ambulante
que, sin ninguna duda, permitirán un control más exhaustivo y, al mismo tiempo,
las multas necesarias a vendedores y también a compradores.
Pero,
no nos engañemos. La solución al top manta no es policial, o mejor dicho, no es
exclusivamente policial. Conviene hacer un retrato real de la situación: los
vendedores son gente que no tienen nada que perder, que han huido de la
miseria, han cruzado desiertos y estrechos en condiciones muy dramáticas, por
lo que, una patrulla policial no será motivo para frenar sus ansias de lograr
una cantidad que les permita vivir (o malvivir). En otros municipios, donde
apostaron por la vía policial, no han resuelto el problema y, no solo eso, sino
que se han generado de rebote otros conflictos paralelos.
Insisto,
no huimos de nuestras responsabilidades y seguimos al pie del cañón para
abordar la problemática desde todas las perspectivas. Reforzaremos las
patrullas, potenciaremos la colaboración entre los diferentes cuerpos de
policía, actuaremos desde la vía pública
para ponérselo difícil a los vendedores y utilizaremos todos los recursos a
nuestro alcance para reducir el impacto negativo que este fenómeno.
Paralelamente,
continuaremos trabajando en acciones para potenciar el comercio y la economía
local, como la Shopping Night, que se celebró hace pocos días, o las medidas de
dinamización socioeconómica, que sirvan para estimular a los emprendedores y
pequeñas empresas locales.