La
semana pasada tuvimos la oportunidad de ver los resultados de la rehabilitación
y recuperación patrimonial que se han realizado en los edificios de los museos
Cau Ferrat y Maricel una vez terminada la reforma. Éramos conscientes que
hallaríamos unos espacios acogedores que han conseguido conservar sus elementos
patrimoniales aunque adaptándose a las necesidades del siglo XXI, pero, aún
así, la sorpresa fue mayúscula y gratificante. El trabajo de reforma que se ha realizado
en los museos ha sido exquisito y nos garantiza unos equipamientos que miran
hacia el futuro aunque respetando su pasado.
El
proyecto de reforma de los museos ha sido complejo. La dificultad de la obra
estuvo presente desde el primer momento. La singularidad y la ubicación de los
edificios y la necesidad de adaptarlos a la normativa vigente (seguridad,
supresión de barreras arquitectónicas, instalación de servicios…) requería una
atención especial para la conservación del patrimonio.
Por
este motivo, desde los gobiernos actuales del Ajuntament de Sitges y de la
Diputació de Barcelona, no se dudó ni un segundo en modificar el proyecto
inicial, una vez accedimos a nuestras responsabilidades. El proyecto inicial
suponía una agresión estética desmesurada en los edificios, tanto en la
pasarela sobre la fachada marítima como en la instalación de unas tarimas
interiores que rompían la volumetría de los edificios. El resultado de la obra
permite ver que técnicamente era viable suprimir estos elementos y conseguir
unos edificios que fueran respetuosos con el entorno y el pasado.
La
restauración de las vidrieras y cerámicas, la recuperación de la pintura
original en el Cau, la rehabilitación del Saló Gran, la mejora de los servicios
e instalaciones, la instauración de un recorrido ordenado históricamente o la
creación de espacios nuevos (como la sala de exposiciones, el aula de formación
o la tienda de los museos), entre otros muchos elementos, resaltan el
excepcional trabajo que se ha llevado a cabo con esta reforma.
Una
vez finalizadas las obras, los tres edificios del Cau Ferrat, Can Rocamora y
Museu de Maricel han de lograr la climatización necesaria para la instalación
de las obras y colecciones. También en esto se ha de tener un cuidado extremo
de acuerdo con las políticas de
conservación aplicadas por Museus de Sitges.
Los
museos son unos de los principales valores patrimoniales que tiene Sitges. Las
importantes colecciones que exhiben y almacenan en sus fondos son de gran
importancia. Y los edificios constituyen unos privilegiados escaparates. La
reforma ha de permitir y favorecer la conservación de las obras y los edificios
y, al mismo tiempo, han de ser un polo de atracción de visitantes. El discurso
museográfico y el amplio programa en el que trabaja el equipo del Consorci,
bajo la dirección de Vinyet Panyella, serán una ayuda excelente para cumplir
con este objetivo. El primer paso, disponer de unos edificios equipados
perfectamente y que a su vez respeten el patrimonio, ya se ha conseguido. Y
para lograr el segundo, continuaremos trabajando con firmeza.